La Personería Municipal comprobó el calvario diario que padecen las comunidades del Valle de Ruitoque
Don Isidro Acelas, Presidente de la Junta de Acción Comunal del Valle de Ruitoque, ya perdió la esperanza de que algún día el bienestar llegue a su comunidad. Son tantas las necesidades y tantas las promesas de los políticos y gobernantes durante más de 20 años, que, definitivamente, como dice el dicho popular: botó la toalla.
En este sector rural residen unas 400 familias, de ellas, unas 350 pasan las ‘duras y las maduras’ diariamente y las restantes son fincas de prestantes familias santandereanas y algunos residentes en lujosos conjuntos con piscinas, jacuzzis y saunas, entre otros beneficios.
El señor Acelas, al igual que su vecino Martín Duarte, quien también ha presidido esta Junta de Acción Comunal, pertenecen al grupo de quienes a diario deben afrontar un calvario por culpa del estado de las vías veredales, la carencia de alcantarillado y puesto de salud, la mala señal de celular, entre otras necesidades. Con ellos recorrimos el sector:
Aunque parezca difícil de creer, el Valle de Ruitoque no cuenta con alcantarillado. Esta región está ubicada a escasos 15 minutos del centro de la ciudad y limita con el exclusivo sector de Ruitoque Alto, en donde residen las personas más privilegiadas del área metropolitana de Bucaramanga, en sus lujosas mansiones, muchas de las cuales superan el valor comercial de los 10.000 millones de pesos. Allí no falta nada, en el Valle, casi todo.
Hace 11 años, en el 2010, la entonces administración municipal designó $395 millones para hacer un proceso de tratamiento de aguas residuales para el centro poblado La Hormiga, ubicado en el Valle de Ruitoque, en convenio suscrito con la firma Acuasan. La obra quedó inconclusa.
Como dicen los señores Acelas y Duarte: “no compraron ni los lotes por donde iba a pasar la obra, no hicieron levantamientos topográficos, ni siquiera iniciaron los trabajos. Todavía nos estamos preguntando: ¿qué se hizo esa plata?”.
Debido a esa situación, las aguas residuales afloran por entre una cañada hasta el sitio en donde quedarían ubicados los pozos de la mencionada obra, afectando, incluso, a residentes en zona rural de Girón. La sedimentación en ese lugar aumenta a diario y los habitantes más cercanos deben expandir sus aguas por entre unos pastizales.
“Los malos olores son nuestro pan de cada día, nunca terminaremos de acostumbrarnos a vivir entre la podredumbre. Esas corrientes de aguas negras también son focos de vectores, chulos y otros animales. No tenemos dolientes, las autoridades sólo miran hacia Ruitoque Alto y a nosotros nos hicieron a un lado y, también pagamos impuestos, que es lo más triste”, sostiene don Isidro.
Transitar por las vías destapadas del Valle de Ruitoque, es un lujo que sólo se pueden dar quienes cuentan con vehículos de doble tracción o motocicletas de 150 cc en adelante. En las subidas es imposible intentar con otra clase de automotor.
El corto trayecto que aún conserva pavimento, que es vía regional, está lleno de huecos. Incluso hay un cráter que lleva tres años y medio y, con el paso del tiempo ya amenaza con destruir media calzada, lo que aislaría a la población de este sector con el casco urbano. Y, más grave aún, debajo del cráter se evidencia una red del acueducto veredal, que si se llegara a afectar, dejaría sin agua a toda la comunidad.
“Por culpa de este hueco ya se han presentado tres accidentes graves este año, el último fue el señor Polo que se partió una pierna y, sufrió otros golpes, porque pasó por encima de la motocicleta y fue a dar a un potrero”, señaló el señor Duarte.
Como si fuera poco, la comunidad del Valle de Ruitoque no se puede enfermar porque no cuenta si quiera con un puesto de salud. Hace más de cinco años lo cerraron y desde entonces los residentes en el sector deben trasladarse hasta la Clínica Guane a sus citas médicas y tratamientos.
La edificación, propiedad del Municipio, en cabeza del Banco Inmobiliario de Floridablanca (BIF), continúa en su fase de deterioro y amenaza con caerse. Hasta hace algunos meses estuvo invadida por una familia, que prefirió abandonarla ante el riesgo de quedar atrapada entre las paredes y techos del otrora puesto de salud.
“Aquí no nos ofrecen ni primeros auxilios, así sea para que nos receten acetaminofén nos toca dirigirnos hasta la Guane. Ese es un doble problema porque la gran mayoría de familias no cuenta con medio de transporte”, señaló don Isidro.
Las áreas de recreación destinadas para el sector registran problemas de linderos, como en el predio del polideportivo, en donde “una vecina ha ido corriendo la cerca a su antojo” y, en donde también se ‘adueñaron’ de algunos espacios para instalar canchas de mini-tejo y bolo que incitan a la ingesta de bebidas alcohólicas, “alterando el objeto claro del escenario que es la práctica del deporte y no la borrachera”, señala en tono de enfado el señor Duarte.
Es interminable la lista de requerimientos que presenta la comunidad de este sector, y que a través de la Junta de Acción Comunal han intentado llegar ante las instancias oficiales para encontrar las soluciones, pero como dice desilusionado don Isidro Acelas: “ya nos mamamos, nosotros no tenemos dolientes”.
Acompañamiento
Como garante de los derechos fundamentales de las comunidades, un equipo de la Personería Municipal llegó hasta el Valle de Ruitoque para verificar las diferentes problemáticas que padecen sus habitantes, quienes a través de los líderes de la Junta Comunal, le entregaron una carpeta con documentos (oficios, derechos de petición y una acción popular) que han interpuesto ante los organismos oficiales en busca de soluciones.
“Como Ministerio Público seguiremos acompañando a las comunidades y mediaremos ante los entes oficiales del orden local y regional para que enfoquen su acción institucional hacia este sector y mejoren la calidad de vida de estas 400 familias”, concluyó la personera municipal María Margarita Serrano Arenas, quien lideró el equipo que visitó la zona.