Muchos problemas y pocas soluciones, tienen al borde del estrés a la comunidad del barrio Caldas
La comunidad del barrio Caldas está desesperada, una serie de problemáticas en sus calles, carreras, colegio y espacios públicos, la tienen al borde del estrés. La desilusión se acentúa al comprobar que sus peticiones ante los entes oficiales, surten poco efecto.
Doña Luz Marina Hernández es la presidenta de la Junta de Acción Comunal y no esconde su preocupación por la forma en que se acumulan más y más problemáticas y las soluciones… no asoman. Al comprobar el diligente trabajo que a diario viene cumpliendo la Personería Municipal en barrios, asentamientos humanos y veredas, ella reunió a sus compañeros de Junta para exponerle a la entidad sus necesidades:
“No hallamos por dónde empezar”, dijo; sin embargo, inició por el deterioro de las calles y carreras, especialmente el trayecto comprendido entre la carrera 33 entre calles 101 y 110, así como la carrera 36 entre calle 108 y 111, en donde la Empas realizó algunos trabajos de cambio de cañerías y no compactó suficiente el resello de las vías, lo cual viene ocasionando hundimientos que interfieren el buen paso de automotores y bicicletas.
“Esas cañerías ya habían cumplido su vida útil y había que cambiarlas, pero, no esperábamos que el sellamiento de las vías quedara así tan mal”, manifestó la líder del barrio.
Otro problema fundamental es el pésimo estado en que se encuentra el Instituto Minca, sede b, que, a simple vista, registra daños en su estructura física y afectaciones en las baterías de los baños.
“Ese colegio da pena ajena, los daños son demasiado evidentes y los pobres niños y niñas deben recibir así las clases, sin que encuentren dolientes”, expresó el dirigente Javier Gómez, también integrante de la Acción Comunal.
A su turno, el señor Carlos Márquez indicó que ya ni se acuerdan cuando fue la última vez que las empresas encargadas les podaron los árboles del sector, a algunos de los cuales ya les crecieron desmedidamente las ramas y amenazan con desplomarse y causar tragedias.
Los puntos críticos son la carrera 37 entre calles 107 y 11, diagonal 34ª con calle 112, al igual que las calles 104 y 106.
Pero los inconvenientes no paran ahí. Sobre la carrera 33, aseguran los líderes populares, las empresas de telefonía cambian las redes de cableado pero no retiran las anteriores, entonces, en algunos lugares, el cruce de cable se hace interminable, afeando el sector.
Como si fuera poco, los residentes del barrio Caldas deben lidiar con las palomas comunes, ya que sobre la calle 108 existe un criadero de esas aves, las cuales, desde las 6:00 de la mañana salen en bandadas a invadir techos y ventanas.
“Eso es un peligro porque la materia que expulsan causa enfermedades, además que pudre tejas y maderas”, dice doña Luz Marina.
Y, para variar, la inseguridad también azota el sector. Atracos de día y de noche son la nota característica en algunas cuadras. El consumo de alucinógenos es frecuente durante todo el día en los espacios comunes.
“Necesitamos soluciones, con todos esos problemas la vida se vuelve difícil”, se despidió don Javier Gómez, quien confía plenamente en que el acompañamiento de la Personería Municipal les traerá efectivos resultados al barrio Caldas.