El microtráfico llena de dolor y luto a los hogares florideños
Por culpa de la intolerancia, las rencillas y el macabro negocio del microtráfico de alucinógenos, las calles de Floridablanca continúan manchándose de sangre, al tiempo que el luto y el dolor irrumpen con mayor intensidad en los hogares. En tan sólo tres días, esta ciudad fue escenario de tres crímenes, perpetrados en los barrios La Cumbre (2) y Miradores del Campo, por la entrada a Prados del Sur (1).
Según los informes de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, el primer caso ocurrió el domingo sobre la media noche en La Cumbre, sector del Pomarroso, cuando sicarios motorizados atacaron sin piedad y con armas de fuego, a dos hombres y a una mujer que departían en un establecimiento nocturno, celebrando la salida de prisión de uno de ellos. Del ataque sobrevivió la mujer, quien alcanzó a resguardarse debajo de la mesa. La tercera víctima mortal fue un hombre de apariencia joven, acribillado a cuchillo por cuatro sujetos. El caso sucedió la mañana de este miércoles, en Miradores del Campo.
La sospecha de las autoridades policiales es que en los dos casos, que produjeron las tres muertes, el detonante es el ajuste de cuentas por malos entendidos en el negocio del microtráfico de estupefacientes (consumo y distribución).
Como garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos y, en especial el sagrado derecho a la vida, la Personería Municipal reclama de la Policía y del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía una mayor actividad investigativa que permita cortar las cadenas de distribución y consumo de alucinógenos en los barrios. Es prioritario desmantelar las ollas y detener a los jíbaros para liberar a los jóvenes de este infierno, y para ello es fundamental trabajar de la mano con las juntas de acción comunal y fortalecer los frentes de seguridad en los barrios.
Igualmente, solicita a la administración municipal intensificar las campañas de apoyo sicológico y acompañamiento a los jóvenes y adultos consumidores, para lograr que cada día sean más las personas que abandonen este mundo del vicio y de la muerte. Las universidades y el ICBF podrían ser los grandes aliados del Municipio en este propósito, además de las juntas de acción comunal.
Se requiere una política integral que empiece desde el cuidado del niño y concluya en la formación de profesionales amantes de la vida y la ciencia.
“También es conveniente que en los hogares, los padres de familia sean los mejores amigos de sus hijos, para que conozcan cada uno de sus pasos; así mismo, que desde la escuela y mediante una pedagogía creativa, se les abra los ojos a los niños y se despierte en ellos una conciencia crítica sobre los peligros que implica caer en el mundo de las drogas. El vicio del consumo de estupefacientes está carcomiendo a las sociedades y, por tanto, requiere una política seria y contundente impulsada desde los gobiernos nacional, departamentales y municipales, que, en un corto y mediano plazo, les garantice un mejor presente y futuro a nuestros hijos y nietos”, manifestó la personera municipal María Margarita Serrano Arenas.